Las infecciones parasitarias son frecuentes en las zonas rurales de África, Asia y Sudamérica, pero son poco frecuentes en los países desarrollados. Sin embargo, quienes viven en países desarrollados y visitan otros en vías de desarrollo pueden resultar infectados por parásitos y regresar a su país sin saber que portan la enfermedad, donde puede resultar difícil de diagnosticar debido a que es muy poco frecuente.
Los gusanos suelen entrar en el organismo a través de la boca, a pesar de que algunos lo hacen por la piel. Los que infectan el intestino pueden permanecer allí o bien penetrar por la pared intestinal e infectar otros órganos. Los gusanos que atraviesan la piel suelen hacerlo a través de las plantas de los pies o bien penetran en el cuerpo cuando la persona nada en aguas infectadas.
Si el médico sospecha que un individuo pudiera tener una infección parasitaria, puede obtener muestras de sangre, heces u orina para analizarlas en el laboratorio. Así mismo, también toma una muestra de líquido de un órgano o tejido que pudiese estar infectado. Por lo general es necesario hacer varios análisis para descubrir los parásitos en dichas muestras.
Los parásitos suelen reproducirse en el huésped al que infectan, por lo que en ocasiones deja sus huevos dentro de éste. Si los parásitos se reproducen en el tracto digestivo, los huevos pueden aparecer en las heces. Para hacer el diagnóstico de una infección parasitaria, el médico suele tomar tres muestras de heces con intervalos de uno a dos días. En ciertos casos las muestras de heces se obtienen mediante un sigmoidoscopio (un tubo flexible de visualización que se utiliza para examinar la parte inferior del intestino grueso). Las personas que han de someterse a un examen de una muestra de heces no deben tomar antibióticos, laxantes ni antiácidos, porque estos fármacos pueden reducir el número de parásitos y dificultar aún más su detección en el laboratorio.
Por otro lado, para establecer el diagnóstico, a veces se extrae líquido del duodeno (la parte superior del intestino delgado) o bien se toma una muestra del contenido intestinal usando un cordel de nylon introducido por la boca.
Infección producida por el gusano de la carne vacuna (cestodos bovinos)
Esta enfermedad es una infección intestinal causada por el gusano (cestodo) Taenia saginata.
La infección es particularmente frecuente en África, Oriente Medio, Europa Oriental, México y América del Sur.
El gusano adulto vive en el intestino humano y puede llegar a medir entre 5 y 10 metros de largo. Las secciones del gusano que contienen los huevos (proglótides) se eliminan por las heces y son ingeridas por el ganado vacuno. Los huevos maduran en el ganado y atraviesan la pared intestinal. Luego son transportados por el flujo sanguíneo hasta los músculos, donde forman quistes (cisticercos). Las personas se infectan al comer los quistes en la carne de vacuno cruda o poco hecha.
La infección es particularmente frecuente en África, Oriente Medio, Europa Oriental, México y América del Sur.
El gusano adulto vive en el intestino humano y puede llegar a medir entre 5 y 10 metros de largo. Las secciones del gusano que contienen los huevos (proglótides) se eliminan por las heces y son ingeridas por el ganado vacuno. Los huevos maduran en el ganado y atraviesan la pared intestinal. Luego son transportados por el flujo sanguíneo hasta los músculos, donde forman quistes (cisticercos). Las personas se infectan al comer los quistes en la carne de vacuno cruda o poco hecha.
Síntomas y diagnóstico:
A pesar de que la infección no suele causar síntomas, algunas personas tienen dolor en la parte superior del abdomen y diarrea, y pierden peso. En ciertos casos, una persona infectada puede sentir que una parte del gusano sale por el ano. Por lo general, el diagnóstico se hace cuando se encuentra un trozo de gusano en las heces. El médico puede enganchar una cinta de celofán en el margen que rodea el ano y luego la coloca sobre una placa de cristal para examinarla al microscopio en busca de huevos de este parásito.
Prevención y tratamiento
La infección causada por este gusano puede evitarse cocinando la carne de vacuno a una temperatura mínima de 56 °C durante al menos 5 minutos.
La persona infectada recibe tratamiento con niclosamida o praziquantel administrados por vía oral. A los 3 y 6 meses se vuelven a analizar las heces para tener la certeza de que la infección está curada.
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